25 noviembre 2008

Continuar...


Uno nunca termina de conocerse, nunca sabemos cuanto podremos tolerar hasta que no nos vemos desenvolver en medio de las pruebas. Creemos que no podríamos soportar tal aflicción hasta que no la vivimos y vemos que contrario a nuestro pensamiento sí sobrevivimos a ella.

Tenemos planes y expectativas, creemos que si algún día alguna de ellas se derrumbará no quedaría nada en nosotros que nos impulsará de la misma forma en que esos sueños lo hacían. Sin embargo cuando los proyectos caen seguimos de pie y vemos una vez más que no eramos tan débiles como pensabamos.

Pero a medida de que en mi vida sucede cada experiencia y es superada me doy cuenta de mi debilidad, de las veces que intente dejarme caer, las veces que desee tirar todo a la basura y no volver a empezar y fue allí cuando miré hacia arriba y me daba cuenta que no estaba sola. Cuando me dí cuenta que ese deseo de continuar no venía de mi sino de Él, de quién me daba fuerzas y aliento, de quién creía que si yo me entregaba en totalidad a Él si podría porque en Él yo soy victoriosa aún con mis debilidades.


Es así como en estos últimos meses sé que sigo en pie porque Cristo es grande, porque Él es la constante en mi vida, Él es quien da continuidad a mi inestabilidad. Cristo es quien produce en mí el querer como el hacer y que aún cuando para otros esto les parece locura cada día compruebo que locura es la vida que ellos llevan sin descubrir al Cristo que esta detrás de las estampillas, de la cruz de oro, de las iglesias. Es el descubrir diario del Cristo que me acompaña cada día y que me escucha constantemente el cual nunca se rinde de tratar conmigo, porque su amor es obstinado por mi.



28 junio 2008

Hay salida...siempre


Esta imagen de alguna forma me inspira, me da esperanza, me hace dar cuenta que cuando parece estar todo mal, todo oscuro, sin salidas aparece el rayo de sol que da luz en el lugar y momento correcto.
Por eso me da paz el saber que Dios lo sabe todo y que en el momento correcto y justo me dará la luz necesaria para ver la ''incongruencia'' aparente que veo en los hechos que me rodean.
Aquellas cosas que hoy no les encuentro explicación se verán claramente algún día, aquellas personas que actúan de una forma poco comprensible para mi serán aguas cristalinas para mi y podré entender sus acciones pasadas y la influencia de ellos en mi vida.
Todo tiene un por qué, mis esperas, mis pausas, mis corridas... todo me prepara al mañana, todo lo que no entiendo me hace más fuerte porque eso demuestra aún que cuando no entiendo sigo caminando por fe a mi Dios, el único que es inmutable en mi vida, el único al que le debo todo, al único que le brinda a mi vida la estabilidad suficiente para seguir y para impulsar toda mi vida hasta verlo cara a cara.

02 junio 2008

Un libro...mi regalo favorito...

Hoy fui a una de mis librerias favoritas (sin nombre para no realizar ninguna publicidad gratuita) a elegir regalos para cuatro amigos que cumplen años este mes.
Me puse a pensar y más allá de la carrera que elegí que está ampliamente relacionada con los libros, me dí cuenta que el mejor regalo que alguien me puede hacer es un libro. Un libro habla por sí solo, un libro te hace recorrer hoja trás hoja un nuevo conocimiento, una nueva historia, una ilusión, un pensamiento, una idea, una duda. Un libro te abre la mente a algo que desconoces hasta que no terminas de leer la última página.

Cuando regalas un libro a alguien es demasiado personal, cuando regalas un libro no agarras el primero que está sobre la estanteria, cuando regalas realmente un libro piensas en ella, en sus intereses, en lo que nunca leería, en lo que le gusta, en lo que sueña, en lo que está viviendo, en lo que ya vivió. Cuando regalas un libro deseas o esperas que ese regalo sea especial porque te podrá recordar a ti cada vez que lo lea... obviamente muchas veces no es valorado como debería.

Regalar un libro para mi es todo eso, regalo algo más que un objeto tangible, no estoy regalando algo con valor de cambio, estoy regalando un bien simbólico, un bien cultural, un bien espiritual. Estoy regalando algo con lo que digo: te aprecio y deseo que esto alimente tu espiritu porque sé que te hará bien.

Ahora... el mejor regalo que me gustaría recibir es un libro, recibí libros en concurso literarios, cuando era niña de parte de mis padres o maestros, también de una buena amiga recibi uno pero aún no en la cantidad que me hubiese gustado.
Que una persona me regale un libro y que sea de mi agrado significaría que me escucho todas las veces que le hable, que me entiende o por lo menos lo intenta. Que le preocupa mi bienestar, que le interesa que a mi me agrade su regalo, que sabe el valor que yo le daré a ese libro.

Regalar un libro es mucho más que un regalo...