Donde abunda el silencio, abundan los pensamientos.

Cuando los sueños parecen alejarse y el alcance de las metas se prolongan... solo me quedas Tú Señor.
Cuando lo que tanto aguardo parece imposible, solo me quedas Tú Señor.
Cuando algo tan simple para otros parece tan dificil para mi, solo me quedas Tú Señor.
Cuando mi garganta se anuda y las lágrimas se apresuran, solo me quedas Tú Señor.
Cuando las incertidumbres y la verguenza parece atiborrarme de pensamientos negativos, solo me quedas Tú Señor.

Solo me quedas Tú Señor porque cuando los tiempos se alarguen Tú eres el Señor del tiempo.
Solo me quedas Tú Señor porque cuando los amigos no están, Tú eres mi mejor amigo.
Solo me quedas Tú Señor porque cuando mi corazón parece desfallecer Tú eres quien cura mis heridas.
Solo me quedas Tú Señor porque cuando el dolor es grande Tú eres quien me abraza y me consuela.

Cuando todo parece nublarse Tú me elevas por encima de las nubes,
Cuando todo oscurece Tú me muestras el sol,
Cuando mis ojos se llenan de lágrimas Tú enjuagas toda lágrima de mis ojos.

Gracias Señor porque Tú estas atento a mi, Tú me levantas aún en mis tristezas!

¿En qué momento?

(Este escrito pertenece al 30 de agosto del 2010)

¿En qué momento la independencia propia comienza a ser más importante que el compartir la vida con otra persona? ¿En qué momento dejo de pensar en mi para pensar en él? ¿En qué momento abro mi corazón para recibir a otro que no sea yo? ¿En qué momento el miedo deja de vencerme y no confundo la paz de Dios con la seguridad de tener todo bajo control?

¿En qué momento podré distinguir entre el temor a no saber lo que vendrá luego y la señal de que Dios no está de acuerdo? ¿En qué momento podré ir detrás de lo posible sin esperar lo imposible que hace autoboicotear la posibilidad de ser feliz?

¿En qué momento dejaré de herir a los demás para comenzar a amar y dejarme amar? ¿En qué momento será que amaré tanto a alguien que quebrará el temor que me inunda a compartir con otro?

¿En qué momento?

(Finalmente el Señor demostró que el momento era otro, no ese... gracias Señor!)

Si pudiera elegir... sería Escritor

Si pudiera elegir una profesión para vivir sería el de Escritor, vivir para escribir y escribir para vivir. Pero no, creo que uno no elige ser Escritor, no hay carrera que te forme como tal, no hay libros que te hagan escribir mejor.

Uno no elige ser escritor, sino que son las palabras las que lo eligen a uno. Uno no nace siendo Escritor, uno se hace escritor escribiendo, se hace escritor cuando sus ojos ven una historia que merece ser narrada. Cuando una imagen te susurra al oído su historia y te pide que la hagas real, cuando un sentimiento se arraiga a tu piel y no te suelta hasta que le das protagonismo en un papel. Te das cuenta que eres escritor cuando te sientes como un soldado desarmado en el campo de batalla sino tienes una hoja y un lápiz en caso de emergencia expresiva.

Uno es escritor cuando no puede hacer otra cosa más que poner morfemas a aquello que requiere ser expresado. Quisiera elegir esa carrera pero no hay universidad que se atreva a dictarla porque no hay asignaturas acordes para tal oficio o eres escritor o no lo eres.