Caminan entre nosotros, miran lo mismo que nosotros, sienten lo mismo que nosotros. Les duele lo mismo, creen lo mismo, esperan por lo mismo. Sin embargo sus historias no son escuchadas, sus voces no son oídas y sus rostros no vemos.
A la distancia solo notamos una sombra, algo que se asemeja a una figura humana, pero no es más que eso, una figura. No son ojos en los que apoyemos nuestra mirada, no son manos extendidas que nos provoquen extender la nuestra.
Están pero no lo están, existen pero no en nuestra rutina. Hace mucho que nadie los observa, hace mucho que nadie los ve. ¿Cuánto más hará que alguien no les dice un "Hola" o tal vez un abrazo? Quizá ni vos ni yo podemos solucionar sus problemas, doy por sentado que lo que puedo hacer por ellos será insuficiente pero... una sonrisa seguramente marcará una distinción en su día. Una palabra pondrá sus oídos en marcha nuevamente.
Nuestra indiferencia solo aquieta sus almas, los mata lenta y dolorosamente. Pero está en vos y en mi que les reflejemos el amor de Jesús HOY.