Nadie la llamó unos dias antes, nadie se percató de que pronto el jardín tendría una flor menos que admirar, que el mundo perdería el sonido de su risa, porque ella simplemente decidió partir.
Vagamente lo decidió, impredesciblemente se agotó de luchar y se marchó. Aguardó por una sonrisa, una mirada pero la espera terminó con sus fuerzas y simplemente lo decidió.
Fue una tarde de mayo, miraba por su ventana aquel mundo que marchaba en forma veloz. Tomó una lapicera y una hoja en blanco. Sus ojos marrones penetraban aquella hoja, extasiada por su blancura mientras que la tinta se fundía en aquel papel mate y su mente comenzaba a dictarle las siguientes palabras:
''Paciencia ya agotada tomo una silla y se recostó;
Alegría lloró por aquellas sonrisas que debía mantener al lado de Paciencia;
Esperanza cerró la puerta y la aseguró con cerrojo para que ya nadie las pudiera dañar.
Melancolía fue nombrada Reina de aquel oscuro salón,
Tristeza se sentó a su lado.
Razón y Amor permanecieron del otro lado del cerrojo en donde Paciencia, Alegría y Esperanza ya no podían verlas ni oírlas''.
Dobló la hoja por la mitad, miró hacia la ventana y observó la transitada calle en la que todos parecían correr hacia algún sitio pero sin ninguna dirección.
Sola en aquella habitación volvió a desdoblar la hoja y a releerla, una y otra vez, una y otra vez, una y ...
''Melancolía mi Reina,
me ordena a cerrar las ventanas y sentarme junto a Esperanza, Alegría y Paciencia,
a cambio me promete que ya nada me podrá dañar''.
Fue una tarde de mayo en la que ella decidió partir, sentada junto a su ventana y a su hoja en mano se marcho. No sé donde, solo partió lejos de aquel mundo que corría veloz, mientras su teléfono no dejaba de sonar...