Todas necesitamos hacerlo en algún momento, llega un punto en el que esa máscara nos impide respirar, nos ahoga y nos presiona y en tanto en tanto debemos quitarla para volver a respirar. Máscaras de silencios, máscaras de sonrisas, máscaras de serenidad... en algún momento, a solas con Dios reconoce tu máscara, quitala y habla con Él, muestra tus ojos con lágrimas, dale a Dios tu lista de preguntas, cuentale tus tristezas, porque Él no juzgará, no te ignorará, no te rechazará, Él te aceptará y te consolará.
... pensamientos enmascarados...
...decido reconocer lo que antes no quería lo que negaba
...imaginar el desenlace de una historia que nunca sucedería
...un punto que supera las fuerzas
...esperanza que se transforma en el peor enemigo, cuando el ''quizá'' inunda la mente
...resignarse al silencio de las palabras, a la indiferencia de los hechos